1. ¿Qué es la lactosa?
La lactosa es un carbohidrato, es el azúcar natural de la leche humana y de las leches de animales como la de vaca o la de cabra.  En la terminología médica, este azúcar se denomina  “disacárido”, porque está conformado por 2 moléculas (“di”) de azúcares (glucosa y galactosa).
 
2. ¿Dónde está presente?
Como se comentó es el azúcar distintivo de la leche materna, leche de vaca y la de otros animales. Pero a su vez, se encuentra en todos los productos elaborados con leche como yogur y kumis, chocolates, helados de crema, galletas, ponkés, crepes, panes y en general, en la gran mayoría de los productos de panadería.

3. ¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La Intolerancia a la lactosa es una “reacción adversa a la lactosa, es decir al azúcar, de la leche” y se diferencia de otra entidad que es la “Intolerancia a la leche de vaca”, que generalmente se refiere a una alergia a las proteínas de la leche.

Es fundamental tener claridad respecto del diagnóstico, si el niño reacciona ante el azúcar de la leche o ante las proteínas de la leche, porque el tratamiento y la proyección de cada entidad es relativamente diferente.
La intolerancia a la lactosa puede definirse como una reacción adversa a la lactosa, básicamente, porque el individuo no puede digerir la lactosa dada una ausencia temporal o definitiva de la enzima intestinal que la “rompe”, llamada “LACTASA” (la enzima se denomina lactasa porque es capaz de romper la  lactosa, que es el carbohidrato).
La lactasa (enzima)  puede estar deficiente o ausente, debido a:
 
a. Ausencia Congénita, entidad poco común que se debe a un desorden genético y el problema, debuta desde el nacimiento.
 
b. Deficiencia en el desarrollo de la lactasa, que es la presencia de niveles relativamente “bajos” de la lactasa que ocurre normalmente en bebés que nacen antes de las 34 semanas de gestación (es decir, en los prematuros). Es una situación de carácter transitorio, hasta que el intestino alcanza su maduración.
 
c. Deficiencia adquirida de lactasa, que puede ser primara o secundaria.
 
La deficiencia primaria, es la disminución progresiva de los niveles de la enzima, desde el nacimiento. Este proceso ocurre en todos los seres humanos, es como un reloj biológico, que “programa” la deficiencia. También, se denomina hipolactasia del adulto. No obstante, aunque haya niveles disminuidos de lactasa, NO todos los seres humanos desarrollarán o tendrán, tarde o temprano,  intolerancia es decir, no todos los individuos tendrán sintomatología asociada con la disminución “fisiológica” de lactosa.

Alrededor del 75% de la población en el mundo tiene deficiencia primaria y los síntomas pueden iniciar entre los 3 y 5 años de edad.

La deficiencia secundaria, aparece “secundaria” o posterior a algún daño en el intestino. En pediatría, generalmente, puede acontecer después de alguna diarrea grave y principalmente, cuando es causada por rotavirus. Sin embargo, existen otras causas como Parasitosis (ascaris, giardia), alergia alimnetaria enfermedad celiaca, desnutrición, enfermedades inflamatorias del intestino (enfermedad de Chron y colitis ulcerativa), inmunodeficiencias, post radiaciones (radioterapia) .
 
4. ¿Cuáles son los síntomas característicos o relacionados con la intolerancia a la lactosa en los niños?
El paciente puede presentar: gases, dolor abdominal tipo cólico, náuseas, distensión abdominal, diarrea (explosiva, olor ácido), irritación de la colita (eritema perianal) y a veces, anorexia o disminución del apetito, ya que el niño prefiere no comer para evitar síntomas. Característicamente,  ante la ingesta de cualquier alimento,  de inmediato,  el niño tiene cólico, llanto, distensión y diarrea.
 
Si la sintomatología no se controla de forma rápida, ante la presencia del “agente agresor” (la lactosa),  el intestino continúa dañándose y el cuadro puede complicarse con malabsorción para otros nutrientes y desnutrición secundaria.
 
5. ¿A qué edad pueden presentarse los síntomas?
La edad de presentación de los síntomas depende del tipo de intolerancia. Si la intolerancia es congénita, acontece desde el mismo momento del nacimiento,  si es de tipo primaria, puede ocurrir entre los 3 y los 5 años de edad, si es secundaria, puede debutar a cualquier edad y depende del momento en que acontece el daño del intestino que conlleva a la deficiencia de lactasa.

6. ¿Cuál es el abordaje terapéutico de la intolerancia a la lactosa?
El tratamiento único y por excelencia consiste en la “exclusión” de la lactosa de la alimentación.
 
a. Los bebés menores de 6 meses de edad que se estén alimentado con leche materna, DEBEN CONTINUAR con EL SENO MATERNO.
En este punto se desea enfatizar que un error frecuente es que la madre,   por propia iniciativa o por indicación, se somete a una dieta que excluye leche y derivados, pensando que la lactosa que come la mamá en su dieta “pasa” al niño a través de la leche y por ende,  al evitar estos alimentos, el niño mejorará la intolerancia a la lactosa. Este concepto es FALSO. La lactosa presente en la leche de la mamá, es resultado de la producción en el mismo seno materno (lo que se denomina “producción endógena”)  y no depende de la “ingesta” en la alimentación. El quitar estos alimentos de la dieta de la mamá, solo colaborará con la desnutrición materna y no con la mejoría en los síntomas del bebé.  Caso contrario, si el diagnóstico en el niño es “alergia a la proteína de leche de vaca”, resulta imprescindible quitar este tipo de alimentos de la dieta de la mamá.
 
b. Los bebés menores de 6 meses de edad que se estén alimentando   con fórmula infantil, SE DEBE CAMBIAR LA FORMULA INFANTIL A UNA FOMRULA INFANTIL SIN LACTOSA. Esta fórmula, le aportará todos los nutrientes necesarios para promover su crecimiento y desarrollo, pero sin ocasionarle molestias porque es libre de lactosa.
 
c. Si el bebé ya inició los alimentos complementarios o ya come prácticamente de todos los alimentos de la mesa familiar, ES IMPORTANTE QUE los padres reciban una orientación por parte de un nutricionista y que cumplan a cabalidad las recomendaciones, que básicamente consisten en eliminar fuentes “visibles o evidentes” de la lactosa (leche, yogur, kumis), así como fuentes “ocultas” de lactosa, como pueden ser por ejemplo, carnes frías (jamón, salchichas), en cuyo proceso de elaboración agregan leche al producto.

7. ¿Para estas situaciones, puede implementarse la leche de vaca que se vende en el mercado con la etiqueta de “deslactosada”?
Si el niño tiene menos de 12 meses de edad, o incluso, hasta los 2 años de edad, lo ideal y lo mandatorio es implementar una fórmula infantil libre de lactosa.

Para niños mayorcitos, puede intentarse observar la respuesta con este tipo de leches, sin embargo, cabe tener en cuenta que esas leche de bolsa o caja, no son 100% libres de lactosa y es factible que no coadyuven a solucionar completamente el problema del niño.
 
Por otro lado, en este punto es importante aclarar que no es recomendable que una persona normal (es decir, sin intolerancia) tome por propia iniciativa y de forma rutinaria leche deslactosada, porque precisamente, aumenta la susceptibilidad de debutar con síntomas ante otros alimentos o productos elaborados con leche con toda su lactosa.
 
8. ¿Un niño intolerante a la lactosa, lo seguirá siendo en la edad adulta?
Si la intolerancia es congénita, es una patología con la que el niño tendrá que convivir durante toda su vida, desde el nacimiento.  En el caso de que la intolerancia sea primaria, puede aparecer en la edad preescolar y perpetuarse para el resto de su vida.

Cuando la intolerancia es secundaria, suele resolverse (mejora) en un plazo de 2 a 8 semanas posterior a instaurado el tratamiento  estricto (alimentación sin lactosa).
La deficiencia en el desarrollo de lactasa, típica del prematuro, se mejora cuando el bebé alcanza alrededor de 40 semanas de gestación (corrigiendo su edad). Es decir, si el niño nace con 35 semanas, se mejorará su “intolerancia” cuando tenga 1 mes y una semana de haber nacido (se suman 5 semanas a la edad gestacional con la que nació, para alcanzar la meta de 40 semanas, edad que se considera normal o a “término” para una gestación).