Dra. Karen Viviana Jiménez Cruz RIII Pediatría, Universidad El Bosque, Comité Editorial GNP

Los antibióticos son los medicamentos más formulados en la infancia. Su uso excesivo, incluyendo los de amplio espectro, es universal y ha aumentado de forma exponencial en los últimos años, dando origen a la emergencia de resistencia y de “super bacterias”, así como a la alteración de la microbiota intestinal.

El daño inducido por antibióticos tiene efectos insidiosos sobre la salud, algunos pueden extenderse a largos periodos de tiempo, meses o años, favoreciendo la génesis de varias enfermedades del adulto, causa de mortalidad en todos los países del mundo.

El intestino alberga la microbiota más densa y compleja del cuerpo humano, contribuyendo de forma importante con varias funciones fisiológicas básicas, incluyendo defensa contra agentes patógenos, respuestas metabólicas y la homeostasis inmune.

El microbioma intestinal está en constante cambio, la composición de la comunidad se adapta contínuamente a la exposición ambiental. No obstante, aunque el microbioma intestinal de los adultos experimenta cambios día a día, es relativamente estable en comparación con el microbioma intestinal infantil, que madura hacia los 3 años de vida. El niño es más vulnerable a desarrollar defectos inmunológicos y se hace más sensible a sus cambios y composición taxonómica, especialmente a lo largo del primer año de vida.

 

Esta capacidad de adaptación es esencial para mantener la homeostasis del intestino, pero los cambios drásticos, tales como los inducidos por los antibióticos, provocan desequilibrios en la flora intestinal. Este “desequilibrio” se denomina “disbiosis” y se caracteriza por alteraciones en el microbioma intestinal, en respuesta a factores como: 1. pérdida involuntaria de su composición taxonómica, crítica para el mantenimiento de la homeostasis y el adecuado desarrollo del huésped (por ejemplo, del sistema inmunológico), 2. pérdida global de la biodiversidad, 3. aparición de patógenos diferentes y 4. cambios en la capacidad funcional.

Los efectos de la disbiosis son más relevantes cuanto más temprano se produce en la vida, cuando el sistema inmune está madurando y se está estableciendo la tolerancia inmunológica. El impacto de la administración de antibióticos en la composición de la microbiota intestinal es rápido, los cambios pueden ocurrir dentro de los 3 días desde su comienzo. Al finalizar el tratamiento, la microbiota intestinal presenta cierto grado de resistencia, por lo general, es capaz de volver a una composición similar a la que tenía, sin embargo, a menudo no se logra un retorno completo al estado inicial.

Estudios epidemiológicos han identificado asociaciones entre el uso de antibióticos en la primera infancia y la aparición de patologías importantes como obesidad, alergias y atopia, enfermedades autoinmunes e infecciosas, subyaciendo la “disbiosis” en la fisiopatología de las mismas.

La microbiota intestinal es fundamental en la regulación del metabolismo, en particular, de la homeostasis energética y de la adiposidad.
La obesidad inducida por antibióticos se caracteriza principalmente por una microbiota con mayor capacidad para extraer energía de componentes aparentemente indigeribles. Estos cambios se han observado en  lactantes menores de 6 meses que recibieron antibióticos y se asocian con un mayor índice de masa corporal más adelante en la vida.
Asimismo, el sobrepeso y la obesidad son factores predisponentes del síndrome metabólico, enfermedad cardiovascular, hígado graso, esteatohepatitis, y diabetes tipo 2, todas enfermedades antiguamente definidas como “propias del adulto”.

Como ya se ha expresado, el desarrollo normal del sistema inmune depende en gran parte de la microbiota intestinal. En las enfermedades autoinmunes, se sugiere que los antibióticos podrían aumentar la aparición de diabetes. Asimismo, el número de ciclos de antibióticos administrados durante la infancia se relaciona con el riesgo de artritis reumatoide juvenil, enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad celíaca.

Se han demostrado cambios en la microbiota intestinal inducidos por amoxicilina (probablemente el más usado en nuestro medio) y estos cambios se correlacionan con la reducción de la expresión del Complejo Mayor de Histocompatibilidad de clase I y clase II en el intestino delgado y en colon, así como en los niveles séricos de inmunoglobulina G (IgG).

Los trastornos alérgicos atópicos, asociados con la alteración de la respuesta inmune adaptativa se han relacionado con la exposición temprana a antibióticos, especialmente antibióticos de amplio espectro, que podría conducir a hipersensibilidad a antígenos comunes.

La capacidad del sistema inmune para enfrentarse a las infecciones virales o la predisposición a infecciones pueden alterarse por los manejos antibióticos como por ejemplo, con el uso de neomicina, un antibiótico para bacterias Gram-negativas, que disminuye la expresión de las interleucinas (IL), deteriorando la respuesta contra el virus de la influenza (3).

En conclusión, mas allá de juzgar el uso innecesario o excesivo de los antibióticos, los estudios actuales se enfocan en investigar las estrategias para reducir al mínimo las consecuencias negativas de los antibióticos, cuando se requiere su administración. Por ejemplo, el uso de ciertos probióticos.

Asimismo, la mejor ESTRATEGIA PREVENTIVA se relaciona con el desarrollo saludable de la microbiota a través de la alimentación y el uso racional de los  antibióticos y medicamentos.

Para leer más al respecto, puede consultar:

1. Gerber, J.S., Prasad, P.A., and Localio, A.R. Variation in antibiotic prescribing across a pediatric primary care network. J Pediatric Infect Dis Soc. 2015 Dec;4(4):297-304

2. Francino, M., Moya, A.  Effects of antibiotic use on the microbiota of the gut and associated alterations of immunity and metabolism. EMJ Gastroenterol. 2013; 1:74-80.

3. Vangay P, Ward T, Gerber JS, et al. Antibiotics, pediatric dysbiosis, and disease. Cell Host Microbe, 2015; 18(4):489-500

4. Horton, D.B., Scott, F.I., Haynes, K., et al. Antibiotic exposure and the development of juvenile idiopathic arthritis: a population-based case-control study. University of Pennsylvania. 2014; 66(11), Suppl. Abstract 929. S 412

5. Marild, K., Ye, W., Lebwohl, B., Green, P.H.R., et al. Antibiotic exposure and the development of coeliac dis- ease: a nationwide case-control study. BMC Gastroenterol. 2013;13:109-134